Hablemos de lenguaje

Hablemos de lenguaje
¿Cómo prevenir problemas de lenguaje?

El lenguaje es la capacidad que nos caracteriza como seres humanos. Esta característica nos permite expresar emociones, sentimientos y pensamientos, permitiendo la comunicación entre pares, la cual es tan importante en nuestra condición de seres sociales. El lenguaje se da en dos niveles: expresivo y comprensivo o receptivo.

El nivel comprensivo es el primero en desarrollarse. Desde el nacimiento, el niño(a) llega a un entorno en el cual se adapta poco a poco, en donde la afectividad mediante un abrazo o un tono cálido y pausado de voz son los pilares de un desarrollo fortalecido. Durante el primer año, el niño hace sonidos guturales, continúa el balbuceo y aquellos juegos gestuales con el adulto, quien es el modelo inmediato; la repetición de sonidos, fortalecen los órganos fono-articulatorios. De esta manera, el niño(a) identifica sonidos y voces del entorno, escucha los diálogos con él y entre otros, se debe tomar en cuenta: la gestualidad, la vocalización, el uso correcto del vocabulario sin diminutivos. Así, el niño va enriqueciendo su lenguaje semántico (incrementa su vocabulario). Sin darnos cuenta, transcurre el primer año y, de pronto, entre los 12 y 18 meses, se expresan las primeras palabras, luego las frases.

En esta etapa, ¿cómo prevenimos posibles problemas de pronunciación?
Un detalle: los niños ya tienen dientes, la alimentación debe cambiar, las papillas no son eternas y masticar es necesario para fortalecer, en esta etapa, los órganos fono-articulatorios de gran importancia para la emisión de la voz.
A veces, en casa, es más cómodo continuar con las papillas porque comen más rápido y no tenemos tiempo. Debemos buscar estrategias de cambio y darnos ese espacio en pro del desarrollo oportuno de cada uno de los niños(as).

Debemos saber que si existe retraso en un inicio; todas las etapas de adquisición de lenguaje aparecerán más tarde. No se trata de preocuparnos, se trata de estar alertas al desarrollo de nuestros hijos, de tener claro que existen diferencias individuales, que no hay tiempos exactos, que cada uno tiene su ritmo y hay que respetarlo. Sin embargo, existen estándares establecidos que nos ayudan a detectar posibles problemas y prevenirlos en el futuro.