Viernes, abril 19

Inteligencia emocional: El primer reto para madurar

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El desarrollo del bebé en su primer año debe ser organizado con una rutina diaria, debe de crecer en un ambiente acogedor y rodeado de personas que le den afecto y seguridad.

Como padres, velamos porque se respete su sueño y hábitos (hora de la leche, del baño, etc.) Asimismo, nos esforzamos por tener un espacio completamente limpio, seguro y con juguetes escogidos apropiadamente para su edad. Estamos pendientes de que no se golpee, llore o sienta cualquier emoción negativa. Todos los días nos esforzamos por ser los mejores padres y que nuestro hijo sea feliz.

Luego de 11 meses de este agotador pero encantador esfuerzo, nos enteramos que nuestro hijo debe empezar el nido, en otras palabras debe dejar el nuestro. Con esta noticia empiezan muchas preguntas y dudas que son naturales: ¿es correcto que vaya al nido tan pequeño?, ¿le causaré sentimientos de ansiedad, estrés o inseguridad?, si lo dejo en el nido… ¿sentirá que lo abandono o que no lo quiero en casa?…

Analicemos paso a paso esta decisión:

* La adaptación
Los primeros días en el nido son fundamentales. El niño debe dejar su hogar (amor y seguridad) y pasar a un lugar nuevo. Es importante que el nido cuente con un plan de adaptación que le demuestre al niño que allí encontrará afecto, diversión y seguridad. Si ese proceso es manejado adecuadamente entre los padres y el nido, se logrará afianzar la confianza entre el niño y sus padres (entender que mamá o papá me dejan pero siempre regresan por mí), desarrollar las habilidades sociales del niño y sus diferentes capacidades.

El rol del nido en esta etapa es fundamental. Por ello Sorelle ha desarrollado un plan de adaptación y de orientación para los padres.

* El desarrollo del niño en el nido
Cuando un niño logra quedarse en el nido, tranquilo y disfrutando de las actividades, significa que comprendió que hay otros lugares seguros en el mundo fuera de su casa, que papá y mamá siempre van a regresar a buscarlos, que existen otras personas que los quieren y cuidan y son capaces de hacer amigos. Con ello empezamos a prepararlos para el siguiente paso que es la entrada al colegio.

Así mismo en el nido el pequeño empieza su proceso de maduración, potencia sus propias habilidades, desarrolla todas sus capacidades al máximo, empieza a desarrollar las diferentes inteligencias que poseemos los seres humanos y todo esto lo hace en un ambiente divertido y alegre.

El objetivo de Sorelle con su programa especializado es lograr que todos los niños sean seguros, cariñosos, sociables, comunicadores, interactivos, productivos y que logren ampliar su mundo afectivo y social.

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