Se puede decir que la primera estimulación de un bebé es su propia familia. La familia es un auténtico agente estimulador que influye desde muy temprano en el desarrollo social, físico, intelectual y moral de su descendencia, todo lo cual se produce sobre una base emocional muy fuerte.
Es por eso que los padres pueden practicar diariamente con su bebé teniendo acercamientos cariñosos, alegres, amorosos, proporcionándoles una sensación de goce y motivación. La seguridad y bienestar que se le aporta cuando se le carga, arrulla o atiende en la satisfacción de sus necesidades. La ternura, cariño y comprensión que se le proporciona lo ayuda a crecer tranquilo y alegre.
La comunicación afectiva que se establece en la primera etapa de la vida ha de perdurar, es en su hogar junto a sus padres donde aprenderán quiénes son, que pueden y no hacer, aprenderán a respetar a las personas, cuidar el orden, aseo, jugar con los hermanos, pero además aprenderán los valores, la tolerancia, el respeto, etc.
Además le permite aprovechar al máximo sus potencialidades y descubrirse a si mismo y al mundo que lo rodea. Contribuye ampliar sus habilidades de aprendizaje, facilitándole la adquisición de destrezas en el juego y ayudándole a descubrir que puede hacer cosas por su propia cuenta, favoreciendo su seguridad, autoestima e independencia.
Razones para considerar que los padres son los más indicados para darle estimulación a su hijo (aunque muchas veces ni se lo propongan):
* No hay persona que sepa más sobre la crianza de sus hijos que sus propios padres.
* No hay persona más indicada para inculcarle valores e ideales a que los padres. El grado de confianza y respeto que se afianza con la estimulación en casa es tal, que se crean las condiciones para una comunicación sincera y fluida.
* La familia se fortalece con esta relación afectiva.
La Clave:
“En la medida en que los padres estén bien consigo mismos y tengan todo el ánimo y la disposición para atender a sus hijos, estos recibirán una estimulación adecuada y serán infantes felices y seguros de sí mismos”.
Teresa Bahamonde R.
Directora del Centro de
desarrollo y creatividad infantil
Mami & Yo
